Irene, una mujer guapa y soltera,
trabaja como crítico de hoteles de lujo. Viaja sola constantemente,
escribiendo informes muy detallados sobre todos los fallos del personal.
Dedicada a controlar los horarios del servicio de habitaciones, tomar
la temperatura del vino blanco, medir niveles de polvo, sus viajes no
resultan muy relajantes, y su vida personal es casi inexistente, excepto
por su larga amistad con Andrea, un guapo proveedor de comida
ecológica.