Cuando la mujer de Gregorio, un banquero muy conservador, del Real Madrid y muy gruñón, fallece repentinamente, éste se ve obligado a cumplir su última voluntad: pasar un fin de semana con sus hijos y sus respectivas parejas en Sanlúcar de Barrameda para esparcir sus cenizas en el Guadalquivir. Aquí es donde empiezan los problemas para Gregorio, ya que su hija Sandra está casada con Jordi, un catalán muy culé al que no soporta. Su otra hija, Alicia, está saliendo con Leo, un hippy anti-sistema al que tampoco puede ni ver, y Carlos, su hijo pequeño, con el que lleva seis meses sin hablarse desde que salió del armario, se presenta con su novio Eneko, un vasco de origen senegalés. Este viaje multicultural pondrá a prueba la tolerancia y la capacidad de perdonar de una familia tan disfuncional como cualquier otra, en el que tendrán que aprender a aceptarse los unos a los otros, con sus virtudes y defectos